Un equipo de científicos del Instituto de Santa Fe, en EEUU, ha descubierto que la aparición de nuevas especies animales también se debe a la selección sexual. Según el estudio, las hembras eligen a los que mejor se adaptan.
Este grupo internacional, que cuenta con la participación de P. Edelaar, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Estación Biológica de Doñana en Sevilla, ha presetado una respuesta a un enigma de la biología evolutiva: la parición de nuevas especies cuando no existen barreras geográficas.
Según la Teoría de la Evolución, presentada por Darwin hace ya 150 años, las especies pueden separarse en dos o más poblaciones aisladas. Al paso de mucho tiempo, miles de años, cada población va acumulando suficientes incompatibilidades genéticas según la adaptación al medio en el que esa población haya vivido. Además, esta incompatibilidad genética hace que si dos individuos de distinta población se reprodujeran, su descendencia sería estéril. Sin embargo, es sabido por la comunidad de científicos que la creación de especies, la especiación, puede darse en áreas en las que no exista una barrera geográfica.
Según este estudio teórico, publicado en Science Express, la versión digital de Science, la selección sexual también dirige la especiación cuando las hembras prefieren emparejarse con los machos más atractivos, es decir, aquellos que muestren signos de mejor adaptación al medio en el que habitan.
Este modelo teórico postula que la selección sexual se dará desde un punto de visto de “selección natural alterada”. Es decir, no sólo se reproducen los individuos supervivientes a las características del medio, sino que, las hembras eligen a los que mejor puedan adaptarse. De esta forma, sus descendientes heredarán características extremas que se diferencian de aquellos que poseen características intermedias y a su vez, su capacidad de supervivencia por sus características estará más especializada localmente.
Por ejemplo, si un macho posee una característica o una ornamentación más destacada que los demás o que le funciona mejor que al resto de machos del grupo para defenderse en su hábitat, este macho será el idóneo para las hembras a la hora de reproducirse.
De este modo, la selección natural entronca con la selección sexual, supuestamente enfrentadas y en conflicto, para conducir la especiación.
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